Si tus alumnos son diferentes entre sí, ¿por qué enseñarles a todos de la misma manera? Hoy sabemos que es factible encontrar patrones entre los estudiantes y adaptar la enseñanza efectiva para cada grupo a través de una instrucción diferenciada.
Aunque puede decirse que no existe una forma de enseñanza única para todos, tampoco es realista enseñar de manera individual a cada estudiante en un salón de clases. Sin embargo, en un grupo de alumnos, el docente capacitado para esto puede identificar las diversas formas en que sus estudiantes aprenden. Adecuar su enseñanza a estas diferencias, puede ayudarles a maximizar su aprendizaje.
Adriana Plata Marroquín y Leticia Castaño son líderes expertas en innovación educativa en la Dirección de Innovación Educativa y Aprendizaje Digital, del Tecnológico de Monterrey, quienes te ofrecen aquí una práctica metodología de 4 pasos para diseñar e implementar una instrucción diferenciada. Esta se lleva a cabo mediante la identificación de patrones de necesidades entre los estudiantes, con el fin de clasificarlos en categorías y luego usar métodos educativos apropiados para cada grupo, en lugar de depender de una sola forma de enseñanza para todos.
Paso 1: Identifica el contenido que puede personalizarse (“dónde”)
De acuerdo a tu experiencia previa, ¿qué temas has notado que algunos estudiantes entienden fácilmente, pero a muchos otros se les dificulta comprender? Ciertamente no es necesario –ni posible– personalizar todo un curso a la vez, pero sí puedes identificar aquellos contenidos en los que una sola forma de enseñar parece haber causado desmotivación o falta de aprendizaje significativo para algunos estudiantes. Así mismo, identifica los momentos en los que hayan mostrado diferencias individuales más pronunciadas, pues justamente ahí podrían beneficiarse con una instrucción diferenciada. Conoce más recomendaciones, aquí.
Paso 2: Identifica los criterios de diferenciación y establece categorías (“qué”)
¿En qué divergen tus estudiantes de acuerdo al contenido que identificaste en el paso anterior? Seguramente habrás notado diferencias en la profundidad de su conocimiento, su nivel de dominio, su modo de aprendizaje preferido, así como sus intereses. Una vez que hayas identificado estos criterios, piensa en cómo clasificarías a tus alumnos, crea categorías y defínelas. Por ejemplo, en un curso sobre hábitos para una vida saludable, quizás encuentres fuertes diferencias en el dominio de dichos hábitos y puedas dividir a los alumnos en dos categorías: (1) autogestionados, se les facilita mantener o adoptar hábitos saludables; y (2) requieren gestión, se les dificulta mantener o adoptar hábitos saludables. Conoce más recomendaciones, aquí.
Paso 3: Define instrumentos de diagnóstico (“con qué”)
¿Cómo saber en qué categoría encajará cada uno de tus estudiantes? Para “agrupar” a tus alumnos, necesitarás conocerlos. Existe, por supuesto, una variedad de métodos e instrumentos de diagnóstico, tales como la cuidadosa observación del desempeño de los estudiantes en una actividad, encuestas, cuestionarios, pruebas o inventarios estandarizados, proyectos, calificaciones anteriores, y muchos más. Selecciona o diseña un instrumento de diagnóstico para este propósito (existen fuentes gratuitas tales como Eduolog o Psychology Today). Conoce más recomendaciones, aquí.
Paso 4: Marca la diferencia, diseña para cada categoría (“cómo”)
Con tus estudiantes agrupados adecuadamente, ¿cómo podrías personalizar tu instrucción? Considera qué cambios puedes hacer para dirigirte a los diferentes grupos de alumnos, por ejemplo: usar una variedad de casos, situaciones o problemas de acuerdo con sus intereses o perfiles; presentarles diferentes niveles de complejidad o profundidad de contenidos; o emplear diversos formatos para presentarles el contenido. De la misma manera, puedes requerirles diferentes proyectos o tipos de evidencias para evaluar los resultados de un mismo objetivo de aprendizaje. Conoce más recomendaciones, aquí.
¿Implementarías esta práctica metodología en tus cursos, para beneficiar a tus alumnos? Es importante recalcar que, aunque exista un objetivo de aprendizaje en común para todo un salón de clases, este puede alcanzarse de diferentes maneras, justamente de acuerdo a las diferencias entre los propios estudiantes del curso. Además, también existe tecnología educativa que puede apoyarte para identificar las diferencias en el alumnado, por ejemplo a través de la analítica y el seguimiento que proporciona una plataforma LMS (Learning Management System) como Canvas.
Te invitamos a leer el artículo completo “Students are different, so why are you still teaching them all the same way?”, así como revisar más publicaciones a tu disposición para innovar en tu práctica docente, en el espacio digital THE Campus, del Tecnológico de Monterrey.
Si eres profesor del Tecnológico de Monterrey, conoce cómo participar en esta iniciativa, aquí: innovacioneducativa.tec.mx/campus.
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