El uso de tecnologías emergentes como la realidad virtual, realidad aumentada, video 360 y mundos virtuales, está probando ser una solución educativa que nos acerca cada vez más al ideal de la “universidad del futuro”, hoy.
Sin duda alguna, el contexto actual requiere herramientas tecnológicas que potencialicen el aprendizaje de los alumnos, así como docentes capaces de asimilar y usar estas herramientas para innovar en su forma de enseñar. Ambos aspectos, tecnología y educación, convergen en soluciones tales como el aprendizaje inmersivo.
¿Te gustaría enseñar a tus alumnos cómo era el comercio en la antigua Roma, personificando a un mercader, cómo funciona un ecosistema marino “buceando” en arrecifes de coral, o cómo se comporta una mitocondria en el cerebro humano?
Las experiencias inmersivas pueden utilizarse para potenciar la enseñanza-aprendizaje, ofreciendo a los alumnos objetos, contextos y realidades que no les serían fácilmente accesibles en un formato tradicional, y donde la virtualidad les abre diferentes posibilidades de acercamiento y exploración.
El uso de tecnologías de realidad virtual y extendida, video 360o y mundos virtuales en la educación, permite diseñar y ofrecer experiencias de aprendizaje inmersivo tales como:
- Recorridos de exploración. El alumno obtiene un sentido de lugar único que de otra manera sería muy difícil de replicar, ya que lo puede transportar a otras épocas y a lugares de difícil acceso, permitiéndole el desarrollo del pensamiento crítico en el análisis de las cosmovisiones.
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- Espacios de colaboración inmersiva, socialización e impartición del conocimiento.
En este tipo de vivencia el estudiante se involucra de manera libre en un espacio virtual, donde asume roles específicos e interactúa directamente en diferentes tipos de ambientaciones, permitiendo la colaboración, socialización e impartición de conocimientos con una sensación de presencialidad.
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- Evaluación en mundos inmersivos. ¿Exámenes? Podrían ser “cosa del pasado”. La metodología en la que se basa este recurso pone a prueba las habilidades globales del alumno. Una evaluación vivencial inmersiva aporta experiencia en la toma de decisiones para la resolución de situaciones, reforzando el aprendizaje y las referencias de comportamiento que de manera tradicional no se lograrían.
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- Prácticas y procedimientos. En este tipo de vivencias, el estudiante simula procedimientos, recopila datos, toma decisiones y ejecuta acciones. Así pone en práctica sus habilidades, antes de aplicar lo aprendido en la vida real, lo que le permite mayor memorización y disminuye el margen de error.
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- Comprensión de conceptos abstractos. Adentra al estudiante a los microuniversos de las diferentes disciplinas, aproximándose a conceptos intangibles, abstractos y de difícil comprensión para alcanzar su aprendizaje por descubrimiento. Con este tipo de vivencia de simulación es posible ver el cerebro y hasta la mitocondria.
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Para mayor información acerca de qué es y cómo usar recursos de aprendizaje inmersivo en tus cursos, te invitamos a visitar el sitio web de Innovación Educativa en el Tecnológico de Monterrey.
También te extendemos una invitación para ver el “Panel: Tecnologías emergentes y universidad futuro”, impartido por expertos del Tecnológico de Monterrey y otras distinguidas universidades, en el más reciente Foro Internacional de Innovación Universitaria.
Si eres profesor del Tecnológico de Monterrey y quieres tener experiencias inmersivas en tu clase, consulta nuestro catálogo a tu disposición en Biblioteca: biblioteca.tec.mx/aprendizaje-inmersivo.
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